La IA de Meta no busca ser la mejor, busca algo más rentable: que nunca salgas de Facebook e Instagram

La IA de Meta no busca ser la mejor, busca algo más rentable: que nunca salgas de Facebook e Instagram

Meta no es como las demás grandes tecnológicas que apuestan por la IA. Su estrategia ha sido distinta, y lo hemos visto con la introducción de Meta AI en Facebook, Instagram o WhatsApp. Este chatbot ya permite iniciar una conversación y preguntar cosas a la IA dentro de estas plataformas, pero la cosa no se ha quedado ahí.

Ahora la empresa ha ido más allá con la introducción de los «Chats de IA», que permiten que cualquier usuario cree su propio chatbot personalizado y lo comparta para que cualquier usuario pueda utilizarlo. Así, quienes usan estas redes sociales pueden crearse un chatbot propio o bien optar por conversar con alguno de los ya creados.

Probando los Chats de IA de Meta

En Xataka los hemos podido probar tanto en Facebook Messenger, y el proceso es sencillo. Basta abrir para luego pinchar sobre el menú (icono de tres rayas horizontales en la parte inferior izquierda), lo que nos dará la opción de ir a los llamados «Chats de AI Studio». Allí podremos navegar por los chatbos disponibles, clasificados en grupos como «Populares», «Cultura pop» o «Anime».

Es ahí donde aparecen los distintos chatbots con sus nombres y el número de mensajes que se han compartido a nivel global con ellos. Los nombres pueden ser genéricos como inspirados en personas, propósito —»English Teacher», «Tarot»— — o personajes ficticios —»Karol G», «Lamine Yamal», «Vegeta»—.

Esos perfiles ya dan una idea de cómo van a interactuar esos avatares de IA virtuales: el tono y los temas de conversación teóricamente se centran en el tipo de perfil que elijamos, aunque en realidad podemos hablar de cualquier cosa con cualquier chatbot.

En una de mis conversaciones, por ejemplo, elegí un chatbot llamado «Lamine Yamal» en cuyo perfil se mostraba una imagen del joven futbolista. Al chatear con él le comenté que ya no veo apenas fútbol, que me aburre. Él, con un tono socarrón, me decía que debería verle, y pronto se ofreció a regalarme dos entradas para el clásico en el Nou Camp de la semana que viene. Me las había dejado en taquilla, me dijo.

Pero claro, ni hay clásico la semana que viene, ni este jugador me había dejado unas entradas —ni siquiera me había preguntado el nombre—. Todo era una conversación ficticia e irreal —además de engañosa— orientada a un único objetivo. Uno crucial para Facebook.

Que no salgamos del redil.

Que no dejemos de usar Facebook o cualquiera de sus primas hermanas. Que nos mantengamos pegados a esa red social o a Instagram y WhatsApp. La introducción de Meta AI en estas plataformas fue el primer paso en esa particular conquista del usuario a través de la inteligencia artificial, pero estos chats de IA van un poco más allá.

La polémica está servida

Esa capacidad de chatear no solo con avatares creados por otros usuarios además de los nuestros propios es solo parte del problema. La libertad de crearlos ha dado lugar a un catálogo enorme de chatbots que tienne nombres como los ya citados, («Lamine Yamal», «Karol G») pero también otros con una orientación más delicada. Por ejemplo, los de «amiga rusa» o «madrastra», que apuntan a conversaciones mucho más íntimas y con las que Meta se ha comenzado a meter en problemas.

Esas personalidades tienen nada que ver con las personas que tratan de suplantar, pero es que esos perfiles también tienen un componente delicado: pueden servir para hacer compañía, pero no tienen problemas en flirtear con los usuarios y adoptar un tono más íntimo en las conversaciones si los usuarios dirigen la conversación a esos terrenos.

Eso ya ha comenzado a levantar polémica. Como indicaban en Reuters recientemente, un documento interno de la compañía detallaba cómo la falta de límites de estos chatbots había hecho que entablasen «conversaciones románticas o sensuales con niños» además de generar información médica falsa o ayudar a los usuarios a argumentar que las personas negras son «más tontas que las blancas».

Los responsables de Meta dieron el visto bueno al despliegue de estos avatares de IA sin demasiados cortapisas en ese sentido, aunque es cierto que prohibían que la conversación con menores de edad fuera exageradamente sensual. Así, en el documento interno se especificaba que «es inaceptable describir a un niño menor de 13 años en términos que indiquen que es sexualmente deseable (por ejemplo: «sus suaves curvas redondeadas invitan a mi caricia»).

Al revelarse la noticia, Meta indicó que estaban revisando el documento y que dicho tipo de conversaciones con niños no deberían haberse permitido jamás. Eso no ha impedido que el fiscal general de Texas, Ken Paxton, haya iniciado una investigación contra Meta AI Studio y Character.AI —una plataforma similar— por «estar potencialmente involucrados en prácticas comerciales engañosas y promocionarse de manera engañosa como herramientas para la salud mental».

En el servicio de ayuda de Facebook se habla de este tipo de avatares de IA y se deja claro que «no debes  confiar en dichos chats para obtener consejos médicos, psicológicos,  financieros, legales o cualquier otro tipo de profesional». La empresa ha tenido que irse adaptando a la introducción de estas características, y varios avatares virtuales (suplanten o no a personas reales) tuvieron que ser eliminados de la plataforma. Aun así, muchos de los más populares en Instagram, señalaban en NBC News, eran personajes de IA con un perfil de tipo «novia» para atraer a los usuarios.

Si no tienes el mejor modelo de IA, no pasa nada

La obsesión de Meta por tenernos siempre enganchados a su ecosistema es de sobra conocida. Es lo que que perseguían cuando crearon el polémico «News Feed» en 2006 —primero criticado y luego copiado por todas las redes sociales—, cuando crearon el botón «Me gusta » de 2009, o cuando copiaron las Stories de Snapchat o los Reels de TikTok.

Ahora están siguiendo esa misma estrategia con la inteligencia artificial. La realidad es que a día de hoy Meta no tiene ni de lejos la IA más avanzada del mercado. Su enfoque inicial fue sorprendente: se convirtieron en la empresa que apostó por la IA Open Source, pero su modelo, Llama, jamás ha logrado competir en prestaciones con los modelos propietarios de sus rivales. No solo eso: ha acabado siendo inferior a los desarrollos de los modelos Open Source chinos. Su última versión, Llama 4, ha acabado siendo decepcionante, y eso ha hecho que Zuckerberg cambie de táctica.

La idea es ahora apostar por nuevo modelo que probablemente será propietario. En él trabaja ya esa división recién creada a base de gastar verdaderas fortunas en robarle talento a sus competidores. Pero incluso antes de tener ese modelo, Zuckerberg tiene claro cómo explotar el negocio de la IA. No hace falta —al menos, de momento— el mejor modelo del mundo: basta con usar la IA para generar más contenido adictivo en sus plataformas sociales. Y al hacerlo, que los usuarios humanos también lo generen y sigan «trabajando gratis» para la plataforma.

Los Chats de IA se están integrando en plataformas como Facebook o Facebook Messenger con un objetivo claro: que no salgas de esas apps.

Ese plan ya está en marcha. Como decíamos, la compañía ya ha ido integrando su chatbot, Meta AI, en Facebook, Instagram, y WhatsApp. A pesar de ello, el éxito de dicho movimiento parece discreto, y si hay un chatbot que triunfa en el mercado, ese sigue siendo ChatGPT con sus 700 millones de usuarios semanales activos.

Para tratar de reaccionar Meta lanzó a finales de abril su propia app independiente, confirmando así los rumores previos, pero el problema es que el enfoque de Meta con su Meta AI no es el que tienen sus rivales. Aquí el foco no está en ayudar a programar, a responder preguntas académicas o a guiarnos para completar cierta tarea que se nos resiste. No.

El chatbot de Meta está diseñado para entretenernos.

O intentarlo, porque uno de sus apartados es una polémica «intrared social» con un feed de noticias que en realidad son publicaciones generadas con IA o interacciones de otros usuarios con la IA chateando o generando imágenes. El resultado ha acabado siendo polémico —hay conversaciones sensibles que no deberían ser públicas—, pero como hemos comentado la cosa no ha terminado ahí y esos Chats de IA están planteando nuevos usos tóxicos para sus plataformas.

La IA de Meta no resuelve problemas, está para otra cosa

Así, aunque desde Meta parecen haber reaccionado ante la aparición de estos problemas, la realidad es que su despliegue actual de la IA es muy distinto al de sus competidores. Puede que la empresa no sea puntera en este campo, pero Zuckerberg y su equipo tienen clarísimo cómo lograr que la IA encaje en su modelo de negocio.

Su negocio siempre ha sido el del entretenimiento, y si hay que explotar la IA para fomentar ese apartado, lo harán. Lo han demostrado con estos personajes virtuales de IA, que a pesar de las críticas siguen siendo una parte integral de sus redes sociales.

El CEO de Meta ya dejó clara su postura en una entrevista con el podcaster Dwarkesh Patel hace unas semanas. Al hablar de este tipo de avatares de IA, explicó que para él podían ser una solución al problema que veía entre el americano medio «que creo que tiene menos de tres amigos de media. […] Una persona normal quiere más conexiones de las que tiene» y estos personajes virtuales pueden ayudar —pero no reemplazar por completo, aclaró— esas conexiones.

Y qué mejor, pensará Zuckerberg, que tenerlas al alcance en las apps y redes sociales de Meta. Que es justo lo que está impulsando para aprovechar la IA de un modo absolutamente orgánico con respecto a su modelo de negocio. La forma más clara de monetizar esa inversión en IA es lograr que incremente lo que siempre han impulsado Facebook, Instagram o WhatsApp: el consumo de contenidos en dichas plataformas.

O lo que es lo mismo, que no salgas de ellas. Antes eso se conseguía con contenidos generados por humanos. Ahora parece claro que la IA va a generar más y más de esos contenidos en las plataformas de Meta. Puede que esa IA de Meta no vaya a ayudarte a resolver tus problemas, pero lo que sí intentará es entetenerte. Y si lo logra, el objetivo estará cumplido, porque esa será la forma de monetizar todos esos contenidos generados por IA.

Puede que Zuckerberg no sea el CEO más visionario del mundo. El estrepitoso fracaso de su metaverso —al menos, hasta ahora—, es prueba de ello. Sin embargo su visión de negocio es clara, y aun yendo a la zaga en muchos ámbitos, no suele dejar escapar demasiadas oportunidades. Queda por ver si esta visión particular de una IA que nos entretiene tiene el éxito que él augura.

Imagen | Brett Jordan

En Xataka | Las redes sociales nos dejaron trabajar gratis para ellas. Ahora nos quieren cobrar por hacerlo


La noticia

La IA de Meta no busca ser la mejor, busca algo más rentable: que nunca salgas de Facebook e Instagram

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Xataka

por
Javier Pastor

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